No hay firma ni empresa que sea sostenible más allá de 2025 si no ha dado el paso de asumir la necesaria digitalización de sus procesos y gestión del relato. Esa verdad, asumida por todos y compartida con entusiasmo desde Doyou, hace tiempo que ha sido también entendida desde el ámbito de los despachos de abogados y economistas.

Los profesionales liberales han entendido que en el contexto de concurrencia y ante la obligación de diferenciar los mensajes y destacar la marca, se han visto empujados a convertirse en empresas. Empresas de servicios, más allá del storytelling que les acompañe y bajo el que justifiquen su narrativa. ¿Qué deben hacer las empresas de abogados y economistas para no naufragar en las procelosas aguas digitales? En Doyou Media lo sabemos.

Abogados, economistas y también empresarios

Así, también en el ámbito legal-jurídico y en el económico-financiero, en el ámbito de la asesoría en general, los despachos han de asumir este compromiso con la red para seguir siendo competitivos.

La digitalización de la gestión en las empresas de servicios jurídicos o financieros es un proceso avanzado e imprescindible. Sólo las más grandes o aquellas que en función de su operatividad y número de clientes han entendido la importancia de la herramienta, invierten en comunicación y fomentan el uso de sus herramientas digitales que, organizadas e implementadas tras el diseño de un plan de reputación, crean y fomentan la marca.

La brecha entre despachos grandes, medianos y pequeños

No nos equivocamos si aceptamos que en el sector se está produciendo ya una brecha digital entre esas grandes y medianas firmas que ya operan bajo estas premisas y aquellas que siguen sin avanzar, generalmente por su tamaño. Sin embargo, los elementos que sirven para unas, son iguales de útiles para las otras. Y esa brecha digital, en todo caso, es el primero de los elementos que hace decidirse a un cliente por una o por otra firma, más allá de otros condicionantes obvios como la trayectoria, la profesionalidad, el estilo, la práctica y la experiencia. Así que el éxito, en este sector, también se suscita por selección natural.

Es hora de que los despachos medianos y pequeños, aquellos que todavía no han entendido la importancia de la cultura digital se sumen a una tendencia que no es una moda, es simplemente una herramienta de supervivencia cuando no de éxito. Porque muy pronto se van a encontrar ante operadores que, o bien son nativos digitales o son versiones online de los despachos “analógicos”. Y serán competencia directa, eficaz y letal para ellos.

Claves de la organización digital

Las claves de la digitalización de los despachos son claramente identificables. Por una parte, la digitalización contribuye a la erradicación del presencialismo omnipresente y obligatorio. La digitalización permite trabajar en ámbitos virtuales con mayor eficacia y seguridad. Aquí y ahora, así se trabaja en el ámbito online. Así, si tu empresa de servicios -jurídicos o financieros- no está en la red, no opera con herramientas digitales, no ha digitalizado los datos y los procedimientos, no podrá trabajar en igualdad de condiciones respecto a la competencia. El rediseño de servicios, la adaptación a las nuevas herramientas debe tener un tutor en cada empresa, un Digital Manager, ya sea interno o externo, que lidere la adaptación al nuevo lenguaje y la implementación de los nuevos sistemas.

Gestión y comunicación, ambas digitales

Si en el presente y futuro inmediato el éxito de una empresa de servicios está en la creación de abogados o economistas tecnólogos, no es menos cierto que el sistema quedará absolutamente cojo si el despacho, además, no ha generado herramientas de marketing y comunicación adaptadas al medio digital. La gestión de la comunicación digital -como parte fundamental de un plan de reputación- deberá estar enfocada principalmente a la administración de la conversación y la moderación de la misma entre el despacho y sus stakeholders, en este caso los clientes.

Los clientes

Los clientes se dividen ya en dos grandes grupos. Por una parte, están los que acuden a un portal de servicios jurídicos o económicos financieros llamados por la marca y por la gestión de la misma a través de la comunicación digital -web, redes, newsletter y marketing- porque no tiene tiempo de hablar con abogados y otros que, recibiendo este mismo tipo de información, sí que quiere mantener una relación convencional con el profesional. Unos y otros deben ser atraídos a la puerta de la compañía a través de una eficaz política de comunicación. Sólo una imagen transparente, una marca solvente y la activación de los canales adecuados y adaptados a las necesidades de la sociedad actual pueden contribuir al éxito de los despachos. Y tú lo sabes.